Cuando Disney anunció el lanzamiento de su servicio de streaming de video Disney+, previsto para finales de 2019 en Estados Unidos, su capitalización bursátil pasó de 210 a 234 billones de dólares en cuestión de horas. Mucho dinero está en juego.
El mercado del streaming de video también es cada vez más competitivo: además de Netflix están las empresas de tecnología (Amazon con Amazon Prime Video, Apple en un futuro cercano, y Google) así como los gigantes de los medios de comunicación como AT&T (propietario de HBO) y Comcast (propietario de Sky).
Pero ¿puede un mercado como el de España acoger tantos servicios de vídeo online? Para averiguarlo, analizamos los datos de comportamiento multiplataforma de los consumidores españoles con respecto a una selección de sitios web y aplicaciones móviles: Netflix, Movistar+, Amazon Prime Video, Google Play Movies, HBO España, Sky, Filmin, Rakuten TV, y Flooxer.
Dos observaciones se pueden hacer.
1. Las audiencias son mayoritariamente móviles, pero el consumo ocurre en un entorno desktop
En marzo del 2019, más de 11 millones de consumidores en España (medidos por el número de visitantes únicos) accedieron a uno de los sitios mencionados anteriormente pasando 43 millones de horas allí - un promedio de 228 minutos por persona.
Algo menos de la mitad (42%) de este tiempo se produce en un entorno móvil (smartphone o tablet), a pesar de que el tamaño de las audiencias "mobile-only" represente la mayoría (58%) de las audiencias. Esto se debe a que los que acceden a estos sitios de streaming en un entorno desktop pasan más del doble de tiempo que los que acceden a ellos en un entorno móvil (317 y 125 minutos por persona, respectivamente).
2. El ganador se lleva todo
De los 11,2 millones de consumidores que accedieron a un sitio de streaming de vídeo, sólo 2,3 millones -o el 20%- visitaron otros sitios de streaming de vídeo.
Para las empresas que aspiran a desarrollar un modelo de negocio viable en el streaming de vídeo esto tiene implicaciones importantes: intentar competir con Netflix, Amazon o Disney (por no mencionar a Google, que nunca está muy lejos con YouTube) requiere inversiones colosales en tecnología, marketing, licencias de contenido y/o desarrollo de contenido propio (Netflix por sí sóla espera gastarse más de 15.000 millones de dólares este año). En la medida que el 80% de los consumidores utilizan un servicio sólo, es probable que no haya espacio para más de dos, quizás tres, servicios de streaming de vídeo comercialmente viables en un mercado como el de España.
La batalla no ha hecho más que empezar.